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Mostrando entradas de septiembre, 2019

Entre las manos

Es inapropiado el modo en que ahora tengo décadas entre las manos, tiempo de sobra para pensar y pensar. Me queda grande el silencio, la casa iluminada, la cama. Deambulo por los pasillos y se me acaban las cosas que limpiar o acomodar, todo permanece en orden, quieto y perfecto. Todo menos el contrato que firmamos siendo niños. La infancia es destino dicen, yo siempre jugué a ser Penélope. Soy inapropiada para contar esta historia, soy, si acaso, testigo de nuestras distancias. Y mientras espero con la luz apagada, repaso en la mente las letras pequeñas, huellas ilegibles de falsas promesas.

Lector silente

A ti que lees en silencio: Son dos puntos en el mapa, distantes. Unidos por líneas invisibles de palabras. No hay relación entre ellos excepto por un tiempo que se cruzaron en el horizonte. Dos flechas bien afiladas. Dos heridas. Un silencio. Cada vez que llegas a esta orilla, y lees, se activa una breve esperanza de ser visto. Se desdobla sobre su eje el recuerdo. Se pasea como loba la culpa... Cada vez que vienes, yo me he ido.

Mil palabras

actuar como una extranjera, una extraña, solo una persona más en el mundo. decidir escribir un texto una novela o un nuevo blog. los dedos no responden a este ejercicio de teclado, no ver el teclado como andar en bicicleta sin rueditas… sin miedo pero con riesgo siempre, con riesgo de caer, de no saber, de no poder, de no querer. somos seres de intentos. todo es prueba y error, prueba y error, tiempo usado no perdido, intentado. siempre he querido poder escribir sin mirar el teclado, fluido, de corrido, con confianza como si eso me fuera a llevar a escribir bien, un gran texto, una novela la postura al escribir así me da poder de escritora. la espalda erguida, las manos sobre el teclado, confiadas, antes era la pérdida de tiempo, de borrar y regresar, ahora solo practicar, a dos por hora, con paciencia… dónde escribo? en un café de outlet, y lucho concienzuda con mi dislexia táctil…. miro de reojo a los demás ¿comensales? como se les llama a las personas que acuden a una c

Ver llover

Ver que mi letra ya no es lo que era, cuando escribir a mano era la única opción. Escribir sin prisas, sin prejuicios, sin expectativas. Como quien ve llover. Ver el agua caer a seguro, aunque se pierda. Ver llover a solas, y trazar sobre el papel húmedo una línea, dos gotas, un chorro de palabras. Seguir el ritmo dispar del aguacero y traducirlo en versos. Ver llover como quien escribe una carta de amor, y pierde la noción del tiempo. Y escribir nuevamente, sobre escribir cuando llueve, mientras llueve.