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Mostrando entradas de 2019

Entre las manos

Es inapropiado el modo en que ahora tengo décadas entre las manos, tiempo de sobra para pensar y pensar. Me queda grande el silencio, la casa iluminada, la cama. Deambulo por los pasillos y se me acaban las cosas que limpiar o acomodar, todo permanece en orden, quieto y perfecto. Todo menos el contrato que firmamos siendo niños. La infancia es destino dicen, yo siempre jugué a ser Penélope. Soy inapropiada para contar esta historia, soy, si acaso, testigo de nuestras distancias. Y mientras espero con la luz apagada, repaso en la mente las letras pequeñas, huellas ilegibles de falsas promesas.

Lector silente

A ti que lees en silencio: Son dos puntos en el mapa, distantes. Unidos por líneas invisibles de palabras. No hay relación entre ellos excepto por un tiempo que se cruzaron en el horizonte. Dos flechas bien afiladas. Dos heridas. Un silencio. Cada vez que llegas a esta orilla, y lees, se activa una breve esperanza de ser visto. Se desdobla sobre su eje el recuerdo. Se pasea como loba la culpa... Cada vez que vienes, yo me he ido.

Mil palabras

actuar como una extranjera, una extraña, solo una persona más en el mundo. decidir escribir un texto una novela o un nuevo blog. los dedos no responden a este ejercicio de teclado, no ver el teclado como andar en bicicleta sin rueditas… sin miedo pero con riesgo siempre, con riesgo de caer, de no saber, de no poder, de no querer. somos seres de intentos. todo es prueba y error, prueba y error, tiempo usado no perdido, intentado. siempre he querido poder escribir sin mirar el teclado, fluido, de corrido, con confianza como si eso me fuera a llevar a escribir bien, un gran texto, una novela la postura al escribir así me da poder de escritora. la espalda erguida, las manos sobre el teclado, confiadas, antes era la pérdida de tiempo, de borrar y regresar, ahora solo practicar, a dos por hora, con paciencia… dónde escribo? en un café de outlet, y lucho concienzuda con mi dislexia táctil…. miro de reojo a los demás ¿comensales? como se les llama a las personas que acuden a una c

Ver llover

Ver que mi letra ya no es lo que era, cuando escribir a mano era la única opción. Escribir sin prisas, sin prejuicios, sin expectativas. Como quien ve llover. Ver el agua caer a seguro, aunque se pierda. Ver llover a solas, y trazar sobre el papel húmedo una línea, dos gotas, un chorro de palabras. Seguir el ritmo dispar del aguacero y traducirlo en versos. Ver llover como quien escribe una carta de amor, y pierde la noción del tiempo. Y escribir nuevamente, sobre escribir cuando llueve, mientras llueve.

Léeme

Leerte y leerme. Como alguien que recién aprende. Repasar las palabras lento hasta memorizarlas, tatuadas en la boca. Leerte es descubrir lo que ya sé que nunca será. Domar la curiosidad y caer de rodillas arrepentida. Leerte, aún, todavía.

La primera vez

Siempre hay una primera vez en la vida para todo. La primera vez que camina, hablas, bailas, besas, manejas, chocas, te rompen el corazón. Y cada día es una primera vez nuevamente. Somos una primera vez constante, permanente. Lo que vivimos ahora nunca será otra vez. Hoy no es igual a ayer ni lo será mañana. Si entendiéramos esto, que solo el momento presente existe, que ocurre ahora por primera vez constante, viviríamos más intensamente, más relajados, más apacibles. Me gusta esa película, "About time" del padre e hijo que pueden regresar en el tiempo, y revivir etapas de vida para vivirlas nuevamente de mejor manera, hasta que el hijo logra descifrar que el verdadero poder que tiene no es viajar en el tiempo, sino vivir en el presente atentamente. Atención plena, dedicada, constante. Ese es el verdadero secreto. Un súper poder que todos tenemos guardado y solo hace falta aprender a utilizar. Así ese trago de café en la mañana es el mejor de toda tu vida, el trayecto a

El diario de mi abuela

El diario de mi abuela ya no es más de ella. El puño que plasma la letra no sigue el trazo de su sueños ni de sus recuerdos. No es más su voz, ni su pensamiento. Ahora lo dicta su tos, su reflujo, las horas lentas de sus silencios. De las libretas glamorosas que tanto gustaba paso a un simple cuaderno de raya. El registro de sus días es ahora una bitácora fría de síntomas y medicamentos: 8 am desayuno: dos cucharadas de arroz con leche. 10 am: Ibuprofeno- 10:15: orinó... Y sin embargo registra sus días, resguarda su paso, sus últimos tiempos en esta tierra. Y sin embargo registra su existencia. Lo que a lo largo de su vida fuera uno de sus mayores placeres y un refugio de reflexión, se vuelto algo imposible. Mi abuela no ve, apenas tiene fuerza de levantarse dar unos pocos pasos, tomar breves tragos de agua, sentarse. Soltar, perder, ceder, son los verbos que dictan la vejez. Toda su sabiduría, cabe ahora en su mirada quieta sobre el reflejo en la ventana, se queda presa en el te

Amamente

Mi mente es una tormenta, un año o un día. Luego escampa, y calla. En sus ráfagas de pensamientos barre con toda mi energía. Yo no soy domadora de fieras. Fuerza, alegato, barullo. Luego susurro necio, casi quieto. Voy a la cama con ella a cuestas. Somos una, dice, y se adueña de mi sueño. Ahí, libre de mi consciencia, se quita el maquillaje, se encuera. Se vuelve la loca de la casa. Es mi mente. Un día, una vida. Un desvelo. Y a pesar de la mucho la quiero, yo no sé domar tormentas.

Reflex

Ojos que oyen Ojos que opinan Ojos que anhelan Ojos que callan Ojos que envidian. Ojos que dictan  Ojos que acarician  Ojos que rasgan Ojos que olvidan Ojos de un reino ciego que busca contaste la luz.

Book mark

A mi me gusta rayar los libros, señalarlos, subrayarlos. Anotar dónde mi asombro se hizo suspiro, dónde mis neuronas crecieron. Una flecha aquí, tres puntos allá. Página recordatorio, señalética de recuerdos. A mi me gusta rayar los libros y mi gusto es.
Cuando comencé mi primer blog, hace 12 años, los lectores solían comentar que antes de conocerme, pensaban que era una mujer mucho más joven de lo que en realidad era en aquel entonces. No es que escribiera niñerías ( no tanto pues), o temas de moda, sino que "mi voz escrita" sonaba así, joven. Creo que tenía que ver más con mi estado de ánimo al escribir. Recién había re encontrado mi pasión por las letras y un nuevo espacio para plasmarlas, y el gozo cada día que escribía una nueva entrada era inocultable. La pasión tiene ese poder. Nos da vida, energía, horas extra en el reloj, más tinta. La pasión nos da el poder de ser sin edad. No se se necesita acta de nacimiento para sentir sin censura, ni para crear sin límite, ni para entregar tu tiempo a una causa. La juventud es más un estado mental que físico. Pero esto no es nada nuevo, ya lo sabes. Luego vuelvo a hablarte de cosas más importantes, el sargazo en las playas de México, por ejemplo. (calla, se cose la mente y s

Somos

Decir soy es decir lo que te define. Eres mucho más de la etapa que estás viviendo, por  eso nos cuesta  que nos digan " eres....x cosa" Somos mucho más que nuestras caracteristas. Somos alguien necesitado de salvación.

Viajeros

Aquí estoy con un montón de energía creativa, sin mucho rumbo.  Planeando cómo será mi futuro inmediato, ¿habrá espacios de arte? ¿letras? ¿romance? ¡nadie sabe! En tanto, aquí vamos otra vez, como buenos nómadas que hemos sido y en un trayecto circular, según parece. De regreso a la tierra de nuestros estudios, al bajío que nos vio crecer. Donde iniciamos este guión escrito a mano. Y ya deseo ver los atardecer allá, y ya extraño las tardes de lluvia acá. Nunca seremos finitos, aunque el tiempo en esta tierra se termine, seguiremos el gran viaje hacia nuevos destinos inexplorados.

Rescatando letras del Face 8

Debería escribir algo sobre lo que va pasando últimamente. De las citas, los pasos gigantes que he tenido que dar como madre, los sueños premonitorios, las oraciones. De el sin-azúcar que ha venido a endulzar la vida, de la fiesta que se traen mis células y el cambio de oficio. Debería escribir de este reencuentro. Provocar mi alfabeto. Debería, pero justo ahora el deber es lo que menos importa. 14 mayo ,2010.

Primera Fila

Abro los ojos muy temprano, de madrugada, y aún sin luz yo veo. Veo este presente que ahora vivimos, este rush de acontecimientos que literal se llevan los días en fuga pero en cámara lenta. Parece que escucho la voz del universo diciéndome "ni te acomodes" Cuando creía que la vida  por fin se alineaba, los hijos tomaban su propio camino, mi esposo y yo volvíamos a ser novios, las premuras materiales se hacían ligeras... un traspié del destino nos puso en modo alerta otra vez. Solo que ahora no hay tiempo para quejas. Amanece y descubro lo fuerte que soy. Hago de insomnios valentía y preparo los medicamentos, subo el vaso con agua, abro la persiana, me siento a su lado, lo observo dormir tan angustiado. Su ceño delata otra mala noche. Mi corazón se rompe otro poquito. Tomo aire, un día a la vez, pienso. Muevo su hombro un poco para despertarlo. Cuento los días por efectos secundarios, por alertas de algún buen cambio. Y sin embargo no llevo la cuenta. No quiero. Es un pro

Soledad

Si el tiempo se midiera en distancias, estos últimos años, todos estos días... te ponen a miles de kilómetros de mi.  Si el tiempo fuera agua, sería ese océano profundo que impone. Si el tiempo fuera... pulsaciones, estrellas, galaxias..tú y yo seríamos la ingravidez del astronauta perdido. El nombre impronunciable de la soledad. (9 mayo, 2017)

Ayer me caí.

Ayer me caí. Caí de rodillas, sin pausas. Sobre un terreno rocoso, con punzantes aristas hacia el cielo. Caí rendida. Mi mente no comprendía cómo ese cuerpo torpe no hizo nada para impedirlo, cómo es que los años vencieron al orgullo. Tirada ahí, doliente, hinchada, me sentí sola. ¿Dónde estaba la mujer que fui un día? ¿cómo es que me abandonó a la deriva de mis años? En el esfuerzo por levantarme sentí pena y rabia. Luego piedad. Comprendí de golpe contra el suelo que sólo de rodillas se vuelve a ser pequeño. (6 de diciembre del 2016. Texto en mi computadora)